TUS OJOS CUANDO LLUEVEN

Sunday, November 30, 2008

EL ADIOS A UN AMIGO


Monday, August 27, 2007

DIARIOS DE RODAJE

DIA/1 por Pablo Maffey

Para este texto se utilizó tipografía Microsoft Sans Serif, en cuerpo 11 con interlineado 1.0 y justificado a la izquierda.

1º día:
El primer día de rodaje se realizó en la calle Ortubia, una calle linda como pocas. No fue en la calle en sí, sino más bien en el interior de una casa. El clima estaba muy acorde al vestuario de invierno, ya que hacían unos 73 grados bajo cero. Comenzó el trabajo a eso de las 8.30, ya estaba armada la puesta en escena de la cocina, en esa escena no me tocaba actuar, si embargo aprendí algunas cosas del cine, como por ejemplo: que los brillos y los desodorantes Rexonas no son buenos amigos; que las cosas no se inclinan, se escorzan; que el silencio se pide a gritos y rematado por un “por favor”; que la tablita con rayitas blancas y que se escribe con tiza existe y se llama clacketa , que no se grita luz, cámara, acción; se dice: silencio vamos a toma!.Sonido? –anda-… cámara corre… Acción!, que las cosas no aparecen en la pantalla sino que entran en cuadro; que las luces pueden alienar a un director de fotografía; que el micrófono no es “bueno”, es excelente y megapoderoso, capaz de detectar el suspiro de un mosquito a miles de kilómetros si se lo apunta, que existe un código alfanumérico totalmente desconocido por los actores como: “Z 42”; que realmente se puede confiar en la cafeína para mantenerse despierto; que las escenas en el cine, como a veces en el sexo, tienen un tiempo de preparación mucho mayor que el acto en sí; que los pampa no son solamente aviones de guerra; que para ser director hace falta paciencia, mucha paciencia.
Después se pasó a filmar una escena en un garaje, en la cual estuve implicado. Las puestas se armaron con una precisión extenuante, cada una de ellas parecía ser un pequeño escenario de alguna obra de teatro, ningún elemento fue colocado gratuitamente, todo estuvo proyectado, fue todo metódico y preciso. La escena en sí no duró demasiado tiempo, pero todos nos emocionamos hasta el borde del colapso al ver una Fiorenza con parrilla adelante en la mismísima puesta. Luego vino, si mal no recuerdo, la escena de la “habitación con el pintalabios”, donde uno puede apreciar lo difícil que es acomodar la mano cuando se tiene como referencia un espejo que invierte la imagen y un monitor que la invierte nuevamente, uno podría pensar entonces que la imagen queda derecha, como si nada hubiera pasado, pero no, la gris verdad es que no. Más tarde se dio lugar a la escena de “la llamada telefónica”, donde uno mismo es a la vez emisor y receptor, como tantas veces pasa en la vida. Para una persona acostumbrada al teatro es bastante raro hacer esta especie de soliloquio, pues si hay algo que un teatrero necesita son los “pies” del otro; aquí hubieron en realidad más acciones, como entrar por la puerta de la habitación masticando una manzana, ponerse desodorante, bocetar la cara de nuestra amada, abrigarnos y otras cosas que todo hombre (no como especie sino como condición sexual) ha realizado alguna vez en la vida. Se hicieron una gran cantidad de planos para “cubrir” y también se grabaron varios minutos de sonido ambiente, o sea, grabar el sonido de la vida misma, hecho que me pareció muy extraño pero bastante poético. Mientras tanto, el equipo de arte armaba una mesa de comida, creando el ambiente ideal, típico e icónico de una casa de familia numerosa, en la que están comiendo empanadas, ensaladas, hay vino, mayonesa, pan, vajilla, cubiertos, sifones (por supuesto que hay sifones), voces, etc. Esta escena remataría más tarde con una singular puesta en escena de pies. Ya se había hecho de noche, pero no fue inconveniente para los iluminadores y el director de fotografia, que transformaron la noche en día a fuerza de miles de vatios de iluminación y a pesar de una térmica que se resistía a soportar tantos amperes de pasión. Ya transformada la noche en día, y bajo la mirada incrédula de la familia dueña de casa, que ya se había atrincherado en el último rincón de la casa con víveres y abrigos por si el director tratara, acaso, de quedarse allí para siempre; bien, decíamos entonces que se pasó a la siguiente escena, la última de ese día, donde vemos unas acciones breves, como colgar un teléfono, sentarse en una silla y estirar las piernas cómodamente. Habían pasado ya 16 hrs. y varios cafés, la inefable Ortubia estaba más hermosa que nunca… fue entonces cuando nos despedimos, entre risas y bostezos, para volvernos a ver el ÚLTIMO DÍA DE RODAJE…

DÍA/4 por DIego Rodriguez

ULTIMO DÍA DE HOTEL/PRIMER DÍA CASA SOFÍA
San Rafael, Hotel San Martín. Estamos en una habitación del Hotel. Estamos a punto de arrancar una escena individual con Ulises Dumont. Es una cosa extraña, hay que dirigir a Ulises Dumont, uno que no tiene mucha experiencia dirigiendo actores y le toca jugar con alguien que ha estado en su vida con más directores que seres humanos. En la habitación hay clima de misa, silencio, orden, velocidad y algo de nervios: una producción chica del interior laburando con alguien que tiene tanto cine. Aparece Ulises, nos saludamos, hace un par de preguntas sobre su vestuario, sobre cómo decir sus líneas. Tratamos de que todo sea rápido y ordenado. Ensayamos. Ulises dice diálogos fuertes para con Ulises Dumont, o sea él mismo. Se exalta en escena el personaje y Ulises queda con una carga dramática que nos inhibe. No sabemos si después de eso nos va a pegar una trompada a cada uno. Suponemos que no y seguimos. Dos tomas más, en otro plano y angulación y vamos a la próxima escena. Lo hace de taquito y 20 minutos después hemos concluido. Aplausos, terminó Ulises. Uno de los momentos más fuertes de quienes están haciendo su primer largo: Ulises Dumont ha trabajado con nosotros con la humildad de un primerizo. Es uno más del equipo. Abro el ropero y saco un obsequio de la producción. El se alegra pensando que se trata del típico champán. Malas noticias, se trata de una de las remeras de la peli que se ganó en tanta onda que le puso. La quiere pagar, no lo dejamos y lo despedimos. Corremos con los equipos. Arriba, en otra habitación Marcela Perdigués está ensayando la escena del diálogo con su hija.
El equipo es reducido, está Susana haciendo llorar a Marcela (con maquillaje, obvio), Laura parece un monje toda tapada de negro para no reflejar nada en la ventana. Tiene una almohada en el hombro para reducir el movimiento del soporte de cámara. Pablo aparece con jugo, controlando las luces. Axel ajusta cosas y sale de la habitación que está más que sofocante. Fernando no se quiebra, sigue con el boom. Susana hace pizarra anotando cosas como “Marcela llora”. Antes de eso nos hemos fumado unos cigarrillos con Marcela pasando la letra. Su voz es tan dulce como la del personaje, pero cuando pasan dos segundos, su concentración se esfuma y larga una estrepitosa carcajada. Vuelve Pablo con gaseosa. A esa altura uno se pregunta por qué Pablo es tan atento con uno. Observo bien a Marcela y comprendo.
Pasamos cada línea del texto con cortes. Después de un trávelling complejo en la ventana, todo en mano y con cambio de foco, cuidando reflejos y todo eso. Terminamos la escena. Ya nos queremos ir del hotel.
Almorzamos en la casa de Ofelia, estamos todos relajados. También contentos porque estamos comiendo en una mesa, un privilegio que habíamos ignorado los otros tres días (hay Risco querido…). Algunos vamos al patio a tomar unos minutos de sol con humo. Nos vamos a lo de Orozco. Es la casa de Sofía en la ficción. Hay que hacer como diez escenas en esa locación. No es tan sencillo. Mañana seguiremos, decimos. Intentamos hace una escena diurna y el sol desaparece. Axel se vuelve loco. Hay que preparar una complejísima puesta de noche. Hacemos dos planos de escalera, algo muy lindo, luego la escena donde ella habla con el padre de Gabriel. Verónica me pregunta 500 cosas. Pienso que con suerte al otro día llegará Lucas Olmedo, el director de actores. Está descalza y no hace calor justamente. Camina en pijama por la calle, fuma en pijama en la calle. Miro un almanaque. Estamos en invierno. Terminamos la escena. Todo el mundo prepara la noche de Sofía, cuando ella llega a casa, un plano secuencia algo largo de ella llegando. Hay profundidad de luces, int-ext, una luz que se enciende, un travelling con estabilizador… Ups.
Hacemos como 12 tomas de esto, coordinando el auto que llega con sus faroles, ella que baja, ella que entra cuando la cámara llega a la puerta, ella que sale de cuadro y vuelve a aparecer con un sobre en la mano, ella que se acerca a la puerta.
Hay varios autos, faroles del otro de lado de la calle. Un farol que se quema. Tres celulares llamando para coordinar la acción.
Estan los dueños de la locación y son como las 12 de la noche. Una bola china cae del techo y se prende fuego. Martín, el asistente de producción sale corriendo. Va a buscar un matafuego, pienso. Dos segundos después me avisan que Martín ya debe estar en su casa, debajo de la cama. Alguien apaga el incendio y seguimos, repetimos, desarmamos, ordenamos, nos reímos sin saber por qué, porque nada ha sido tan gracioso, salvo para Verónica, que tiene una fiesta de egresados encima. Otros tienen cara de “por qué se ríen”, sin saber que uno no sabe ni que se está riendo.
Les decimos a los dueños de casa (Alberto y Sara) “Hasta mañana” y nos miran con un signo de interrogación en sus caras: ¿Mañana también? No, aclaramos, mañana quedan ocho o nueve escenitas nada más. Lo raro es que ese día, en esa casa, sólo hemos hecho dos. Llevamos 4 días, faltarían sólo 22. Mejor nos vamos a dormir…

DÍA/5 por Verónica Centeno

EL ORGULLO DE MAMÁ

Querida Mamá:
¡Estoy tan contenta con esta nueva vida! Todo pasó tan rápido, parece ayer cuando caminaba por la vida buscando un rumbo a mi "inexplotada carrera" y cuando lo vi, ahi estaba Diego, este vendedor de ilusiones, cumpliendo el sueño de toda "adultecente" de mi escasa edad...¡¡Aparecer en LA PANTALLA GRANDE!!
Y obvio, re ilusionada me zambullo en ese maravilloso (y a veces tenebroso) mar de "su incomprensible imaginación", para hacer realidad esa "vasta idea arrolladora", que por momentos me llevaba a decir ¡basta! de rodillas...
Ahí comienza mi primer día de rodaje, justamente, "rodando", por haberme tomado 8 tazas de café y comido 5 tortitas, mientras esperaba que esa “majestuosa gente” se dignara a cambiar y poner esos "putos foquitos" que ellos suelen encuadrar como "labor de Dirección de Fotografía"...
¡Qué pilas tengo! ¡Qué garras! (Y literalmente digo "¡Qué garras!" porque hasta ahora, nadie, sino yo, ha tenido el privilegio de hacer una retoma por "uñas sucias"... ¡Eso es una súper - producción! ¡Qué presupuesto!
¡Qué experiencia increíble, mamita! ¡Qué profesional! Ahí lo veo a Diego, ese Director "impoluto", con esa actitud "resolutoria" que me abraza y me dice:
- Vero, vos vas a trabajar con Lucas (¡otro Mesías, mamá!) el Director de Actores, que ha venido para ayudarte en las escenas de riesgo...
Me asombro... ¿Habré leído mal el guión? ¿Habré comprendido de manera errónea la "maravillosa obra" de este "magnánimo"?... Casi no me animo, pero pregunto tímidamente:
- Pero, Diego... ¿Qué escenas de riesgo? ¿No era una comedia esto?
Y ahí Diego, "un iluminado", con esa sonrisa que lo caracteriza, me responde entre sus muchos dientes:
- Sí, pero las "escenas de riesgo para la película" son todas en las que actúas vos...
¿Te das cuenta má? ¡Qué tipo previsor! ¡Qué comprensivo! Su voto de confianza me alienta a seguir; ahí estoy con Lucas ensayando, transpirando, llorando (Lucas transpira y llora mientras me ve ensayar... ¡Qué visceral que es!) y tratando de encontrar aquello que pueda unirme a mi "humilde personaje", Sofía...
De repente… ¡una revelación!.. Lucas esboza sus primeras palabras de aliento hacia mi "sencilla persona":
- Es así Vero.
- Pero... si estoy descansando, pienso.
- Es así, sólo que un poco menos forzado, menos cantado, menos superficial, menos trabado, menos sobreactuado, más orgánico y más creíble... Básicamente... hacelo un poco más, como si no entendieras lo que te digo...o sea, directamente no actues, hace "de vos" y listo...
¿No es un caballero, mami? ¡Qué halago! ¡Qué visionario!...Y ahí, después de haber comprendido las bases de la actuación, me voy al sector de Maquillaje, con mi carita lavada, que no lleva más de cinco minutos arreglar... ¿Cuánto corrector de ojeras puedo llegar a necesitar?:
- ¡Mucho!, me dice Susi, ¡Se supone que tenés que ser linda!
¡Qué esperanzadora respuesta!... De repente ¡Otra revelación!... Casi en secreto me dice:
- Vamos a hacerte una mascarilla rosada, porque tu personaje "Sofia" ¡es rosada!
¡Qué gente iluminada, mamá! Así es que sin mirarme en el espejo y confiando en la labor de esta "artesana de la vida", hago mi entrada triunfal en el set... No sabés qué momento inolvidable; un silencio de gloria, de asombro, en el equipo... Todos me observan enmudecidos, mientras que la cabeza de Diego se inclina lentamente, incrédula... Me observa, lo observo, me observa, lo observo... Y casi entre llantos, con la voz entre cortada por la emoción, me dice:
- ¿Por qué aparece un "teletubi" rosado a las 12 de la noche, en una de las escenas más románticas de la película?
Enmudecí, madre.
¿He osado faltarle el respeto al "Señor Director"? ¿Cómo podré redimirme ante esta falta grave para obtener su misericordia?
Decidí llegarle al corazón. Aproveché mi penúltima escena, donde Sofía lee esas maravillosas cartas que el Señor Director seleccionó para dicho personaje, y decido honrarlo, citando a viva voz y sin tapujos, aquellas hermosas palabras que este "elegido" inspiró a tantas mujeres que transcurrieron en su vida:
- "My apple eyes:"
- ¡¡Cooorteenn!!
Diego me mira desfigurado. ¿Habré pronunciado mal "my apple eyes"? La congoja me invade mami y aprovecho esta emoción para llevar adelante la última escena de está "obra cumbre".
Sobreviene la escena en la que debo llorar... ¿Por qué llorar?, pienso, si la estoy pasando bomba en este hermoso rodaje, con esta gente tan paciente y comprensiva, deslumbrada con mi talento...
Es tan natural mi personaje, mami, que los chicos del Equipo Técnico, me piden, me ruegan, me gritan ¡que lo actue un poco! Y si, yo siempre fui muy natural...
Una voz me dice: "concentrate"... Me concentro, todos nos concentramos. ¡Y la pucha que nos concentramos! Somos 9 personas, una cámara, 5 faroles, el equipo de sonido, el monitor y los muebles todo en un metro cuadrado... ¡Pero qué equipo unido, mamá! Y además todos con frases "resolutorias", con "empuje" y sobre todo con "amor":
- ¡Subi la cabeza, zoquete!
- ¡Concentrate, salame!
-¡Agarrá el telefono, naba!
- ¡Hablá, boluda!
- ¡Llorá, insensible!
Y vos tenías razón, todos tenemos una misión en la vida… ¡Lo logré, mami! y lloré tanto, con una sensibilidad tal, que logré que todo el equipo técnico llorara... ellos dicen que eso les pasa por la angustia que les provoca ver mis escenas... pero en el fondo, yo sé que les llegué al corazón...
Y eso se nota má, se nota que me adoran, porque ¡no sabés todo lo que me dijeron sobre mi desempeño actoral, las horas que charlaron conmigo para convencerme de entrar en este nuevo mundo y no dejarlo jamás... La fuerza que me dieron para que no abandone nunca este nuevo camino!... La Abogacía, por supuesto, ya estoy cursando 3º Año y ¡¡¡voy por más!!!
Ellos fueron mami, aquellos iluminados, que me hicieron saber que como actriz soy una exelente abogada...
Bueno, es todo por ahora.-
Te mando besos.-
Tu futura abogadita!!!

DÍA/10 (EN ADELANTE…) por Pablo Cicchiello

INTERIOR (CASA DE VIOLETA) – DIA (TODO EL FUCKING DIA..)

Cómo escribir sobre una jornada específica. A esta altura todo se transformó en una nebulosa. Tanto subir y bajar fresneles, enchufar y desenchufar, buscar los guantes de eléctrico que quedaron por ahí, recuperar y asegurar el rollo de chonflex (¡¡¡que todas las áreas restantes se ocupan de usar y no devolverlo!!!), enrollar gelatinas, desenrollar gelatinas, enrollar difusores (de los blandos y los duros), enrollar cables, armar pies, armar luces, armar y desarmar el puto farol de 2 kwatts. Una vez que terminábamos de armar todo, había que desarmarlo y dejarlo listo para que al día siguiente volviéramos a la misma rutina de armar y desarmar, desenrollar y enrollar, pegar y despegar......
Terminaba una jornada y regresaba a la cabaña con AXEL, director de fotografía, LAURA, camarógrafa y FERNANDO, director de sonido. Llegábamos realmente cansados y enojados. Fumábamos, cenábamos comida “made in DIOS TE AMA” y nos tirábamos a dormir porque al otro día nos buscaban temprano. Y así, se iba un día y llegaba el otro, convirtiéndose en una rutina, preparándonos para la batalla del día siguiente.
Despertarse temprano (demasiado temprano). Una traffic nos espera en la puerta. El equipo de 4 mercenarios sale al trote desde su barraca en búsqueda del vehículo que los transporta al campo de batalla donde se libran los más cruentos combates. Teatro de operaciones: la casa de Violeta, bunker que ya ha sido tomado por nuestras fuerzas, pero aun quedan muchas (pero muchas) batallas por librar.

08.00 am
Otra jornada más llena de sangre, sudor, lagrimas, y bostezos... muchos bostezos. El panorama en el búnker es desalentador: los máximos jerarcas de nuestra fuerza se encuentran reunidos alrededor de la mesa de mando observando el mapa del terreno.
El resto de la tropa, desparramados entre camperas y sillones, espera las decisiones del comando general. El tiempo pasa y la planificación del día se torna en un proceso lento y caótico.
Pasa el tiempo y aun no hay noticias del plan a seguir. La moral en la tropa comienza a bajar, el fantasma de la insurrección caldea el ambiente.
Sobre el mapa, los cuatro popes del ejercito (el Comandante en Jefe DIEGO RODRÍGUEZ, sub Comandante NOELIA NIETO, la oficial LAURA JIMÉNEZ y el oficial AXEL LLORET) discuten y deciden ubicación de tropas y horarios más convenientes para realizar las acciones.

10.00 am
Finalmente, la junta tiene un plan entre manos y se decide a comenzar las acciones del día.
-Noelia: Bueno, entonces hoy debemos terminar con las escenas 190, 353, 289,12, 45,304, 18, 100, 1, y si hay tiempo las 222, 321, 543 y la 3.
-Diego: yo creo que llegamos a la escena 3 sin problemas!
-Laura: (con ojos bien abiertos) DIEGO!!!!, son 13 escenas con 5 planos como mínimo en cada una!!!!!!!!!!, no llegamos.
-Diego: Cómo no vamos a llegar???, vos cansar no te vas a cansar porque es todo cámara en trípode.
- NOELIA: Correcto!
-AXEL: Y... mira Diego, es mucho, yo no te aseguro nada. Lo intentamos. Vos anda poniendo la cámara y llamando a las actrices que ya tengo las luces listas.

11.30 am
-AXEL: La puta madre, hace como 3 horas que está la luz lista y todavía no tiramos un plano!!!!!!!!!!
-NOELIA: Silencio que vamos a toma......
-AXEL: VAMOS QUE YA TENGO LA LISTA LA LUZ!!!!!!!
-FERNANDO: SILENCIOOOOOOO COLABORACIÓNNNNN.!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
-AXEL: Ese es el encuadre???
-LAURA: si, Axel....
-AXEL: DAME UN SEGUNDO QUE ACOMODO LA LUZZZZZZZZZ!!!!!!!!!!!!

Llega el momento de entrar en acción, todos los preparativos están a punto de dar sus frutos. Es el momento de dejar todo sobre ese terreno hostil.
Nuestras dos mejores oficiales (Lourdes y Marcela) están a punto de realizar sus objetivos del día. Ya fueron preparadas por el equipo de vestuario y maquillaje, y tuvieron sus charlas previas con el Comandante Diego, ya hicieron las pruebas de sonido con el oficial de comunicaciones, Fernando. El macaco Axel lo observa todo junto a Diego desde un monitor a metros del set.
Lourdes y Marcela, son dos de las más importantes oficiales de nuestro cuerpo. Lourdes atenta a cada directiva, siempre lista y ansiosa. La energía que desprende logra subir el animo y la moral a la tropa cada vez que está en baja, ya sea por conflictos o por el lento paso del tiempo.
Marcela es la típica oficial que llega al frente de batalla en limosina, y si no lo hace debería hacerlo. Más de uno cae rendido a sus pies, pero ella no cae a los pies de nadie. Marcela es la bomba de NAPALM que cayó en medio del campo de batalla y dejó a todos prendidos fuego. “Que liiiindo arder en ese fuego”
El tiempo pasa y comienzo a darme cuenta que los operativos de cine guerrilla no son tan románticos como lo suponía. Los actos heroicos más encumbrados son los de algún macaco que logra treparse a un techo para ubicar un fresnel. Pero no cualquier macaco puede hacerlo, se necesita coraje y fundamentalmente mucha motricidad. El macaco Robert es el elegido para dicha funcion, su valentía refleja su inconciencia. Nuestra decisión de encomendarle tal misión, también refleja nuestra inconciencia. Finalmente macaco Robert logra ubicar la luminaria sobre un techo, a continuación, Macaco Axel su superior, lo felicita con ademanes y monerías.
El equipo de luchadores cinematográficos sigue librando combates a lo largo y ancho del bunker.
El pelotón de producción, nombre clave: Umpa Lumpa`s, utiliza la logística para abastecer de tortitas (malditas tortitas) a los hambreados luchadores. Su misión no se reduce sólo a los mazacotes de harina, también traen tortillas de zapallitos (malditas tortillas de zapallitos).
Los Umpa Lumpa´s son un dúo singular. Es su primera vez en el campo de combate y se desenvuelven con asombrosa valentía. Cuentan con una “movilidad” un tanto llamativa para su cargo pero efectiva al fin: un scooter y un fiat 600.
Estos dos individuos se demuestran grandes jugadores de truco y amantes de la música. Uno de ellos, Umpa lumpa Martín, de look mas bohemio, pelo largo y barba, emulo de un Jesucristo sanrafaelino, demuestra gran devoción al tango, jazz, bossa, lo que demuestra su amor por la música un tanto más culta, lo que diríamos un tipo de gustos refinados.
Por otro lado se encuentra el Umpa Lumpa Ramiro, de look más moderno, urbano, metro-sexual, look a lo vidriera Levi´s. Demuestra graaaaan devoción por Gustavo Cerati (su reproductor de mp3´s repleto de discografía de Cerati, se emocionó cuando anunciaron el regreso de SODA STEREO, compró una lámpara de lava porque la vio en un video clip de Cerati…). Umpa Lumpa Ramiro es lo que diríamos un típico soldado que no dispara balas, sino que ametralla facha.
Las horas pasan y se escuchan gritos desde arriba, gritos de búsqueda desesperada. Búsqueda de alguien que debería estar presente en un determinado lugar y sin embargo anda por cualquier otro distinto, distraída y/o divirtiéndose y divirtiendo a los demás.
Un nombre resuena por toda la casa: SUSANAAAAAAA!!!!. El pelotón de arte busca a una de sus oficiales mas importantes. Susana, posee el rol de camuflar al personal, dueña de una técnica propia ha logrado pintar rostros de históricos guerreros como por ejemplo ULISES DUMONT, momento del cual guarda emocionada una foto, que le será remitida a sus hijas en caso de que Susana caiga en combate.
Susana posee brotes psicóticos, por momentos creemos estar frente a Murdock de Brigada A, sin embargo su comportamiento errático no genera conflictos mayores en nuestro bando.
Luchadora codo a codo con Susana es Antonella. Antonella es una raza rara dentro de la milicia, logra desempeñarse tanto en el pelotón de vestuario como en el de actuación. La joven Antonella da más enfermera. Uno no la imagina en el frente de combate rodeada de sudorosos eléctricos, y desquiciados sonidistas. Sin embargo nos deja cerrada la boca a todos, siempre firme, siempre sonriente, siempre dispuesta, siempre atenta, siempre con su celular v3 BLACK comunicándose en la retaguardia con su amorcito.
La capitana de dicho pelotón, es Maria, mujer experimentada en los mas cruentos combates cinematográficos a lo largo de todo el mundo. De voz y mirada marcial, dirige los destinos del camuflaje del bunker.
Con problemas para estar presente durante los combates, le hemos levantado un busto de muy bien lustrado bronce... para que brille en su ausencia.
Sin embargo Maria posee un oficial de confianza en quien deposita, tranquila, todas sus órdenes. Bárbara es el brazo ejecutor de la capitana. Pega fotos, mueve camas, mueve alfombras y fuma y fuma y fuma.
Bárbara suele trabajar en equipo con otra oficial importante en nuestro ejército, la oficial PENGUI encargada de registrar todo en fotos. Pengui posee las pruebas más comprometedoras de cada uno de los miembros del batallón.
Barbara y Pengui (“Pengarchota” es su apodo de guerra), recorren todo el bunker con su grito típico de guerra: “AHHH-ahhhhhhhhhhhhhhh”. Dicho grito de guerra al parecer tiene varias utilidades para este dúo, por ejemplo para festejar un chiste bueno, para festejar un chiste malo, para remarcar una frase, o como un simple grito en temporada de apareamiento.
Y así se van desarrollando los días en el frente. Por momentos me dedico a observar a cada uno de mis camaradas, por momento sólo observo a “las” camaradas y de vez en cuando centro la mirada en “alguna” camarada.
El trabajo de inteligencia no cesa. Ir y venir en busca de información sobre determinadas oficiales. Ver y escuchar “otros” oficiales que hablan de “otras” oficiales.
La tropa necesita divertirse y por que no, ilusionarse. Es necesario.
Si no me entretengo así durante los tiempos muertos puedo desertar. Por momentos el cansancio me hace desilusionar y pensar en abandonar la causa.
Por momentos el stress post trauma me genera ganas de tomar un pie de luz e ir rompiendo vidrio por vidrio cada uno de los ventanales tan tentadores que me rodean.
Por momentos me rio tanto que quisiera que esta jornada no terminase nunca.
Hubieron jornadas eternas que me quitaron las ganas de fumar... por fumar demasiado.
Hubieron jornadas eternas en las que cambié de marca de cigarrillos porque los que fumo habitualmente ya me habían asqueado.
Hubieron jornadas eternas en las que estuve tan al pedo, que me faltaban cigarrillos para fumar.
Así transcurrió un día (los días). Todos disfrutando al principio y luego esperando y deseando el fin de jornada.
No me quiero olvidar de la siempre sorpresiva llegada de Emanuel con su cámara de fotos, y el deseo de todos de que dejara sobre la mesa, en forma también sorpresiva, un par de cajas de cerveza Chimango que refresque nuestras gargantas.
Una vez concluida la jornada, solo deseábamos subirnos apretujados en algún auto. Dejar atrás (con Violeta, Olga y Tupac) jornadas de más de 12 horas de rodaje. Llegar a la cabaña, pensar en cenar, bañarse, acostarse, preparar el despertador (al pedo porque no lo escuchábamos) y pensar que al día siguiente había que volver a armar la mochila bien temprano para otro día en el frente.

DÍA/19 por D. Rodriguez

DOMINGO. UN DÍA DESPUÉS DEL PRIMER SUPUESTO FIN DE RODAJE. (DIEGO)

A esta altura ya estarán presentados todos los miembros del equipo. Lo digo porque hoy deberán abandonar la casa Noelia ‘Pengui’ Pena y Bárbara ‘Darky’ Herrera. Nosotros nos quedamos al frente de una semana más (en realidad hablamos de 8 días más, pero no importa). Hoy no es el último día en la casa de Olga, o sea Violeta. No estamos hablando de la misma persona pero es difícil explicarlo y supongo que alguno ya lo hizo antes que yo. Como decía, no es el último día pero sí es la última semana. Y definitivamente tenemos hoy que terminar con la habitación de Lula.
Los ánimos en el equipo de fotografía no son lo más calmos. Axel está trabajando en el tiempo de descuento y se nota cada vez que sus ojos nos ametrallan un me-hubieran-avisado. Axel, si lo hubieramos sabido…
Antonella me guiña un ojo, algo que para cualquier otro miembro del equipo habría sido agún tipo de señal, y para mí significaba “perdón, pero a parte de Lula hoy tenemos que terminar con el vestuario de oficina de Alejandra, porque yo tengo un compromiso; no se han respetado los tiempos de ese vestuario y nadie va a dar la cara por mí, así que o se hace hoy o se hace hoy”, obviamente, sin decir nada y con una sonrisa. Antonella es tan especial… Por eso no tiene diálogo su personaje: porque con una mirada dice mucho más.
Empezamos en la pieza de Lula. Lula tiene ojos cansados. Dice que la pieza ya la tiene harta. Nosotros la miramos un rato sin comprender. Sobre todo porque esa frase ya la hemos pronunciado todos desde muchos días atrás. Hoy debemos sacar esta pieza, digo en voz alta. Ayer era el día, no pudo ser, deberá ser hoy.
Llega el medio día. Seguimos en la pieza con escenas de noche. Comemos a las dos, momento en el que a Alejandra la peinan. Hay que hacer la llegada de ella a la casa, la mirilla de la puerta y una escena de ella en una vidrirera. O sea, tres escenas en dos horas.
Axel ha hecho despliegue con el Macaco’s Team, pero hay una especie de piquete: Robert está haciendo back. Me doy cuenta que desde hace varios días Fabio no hace back y el encargado es Roberto. Roberto hace back con poca cinta, porque es una película de bajísimo presupuesto y además porque si Roberto tuviera 25 horas de cinta diarias, igual le faltarían. El ha grabado una hora diaria y lo que hace cuando se le agota la hora es borrar lo que no le gusta, teniendo en cuenta que al rebobinar y empezar a grabar arriba también puede borrar lo que le gusta. Roberto tiene la idea de que lo nuevo es mejor a lo que ya pasó. No sé si está bien o mal, pero no deja de ser interesante.
Aparece Alejandra. Axel esta encandilado. Laura debajo de una gamuza intenta focalizar la escena. Alejandra sonríe para una foto y yo ya dije acción y ella actúa y camina y sube las escaleras y toca el timbre y espera y digo corten. Está bien Ale pero ahora hacelo más allá, más derecha y se ve una sombra. Una indicación de luz, una de encuadre y otra del personaje, aunque en realidad es ella subiendo escalinatas… La luz se fue, dice Axel. Cambian todas las banderas, digo acción y cortamos porque no se ven las sombras de las banderas pero sí se ve la sombra del DF corriéndolas. Axel, terminaste, pregunto. Laura debe respirar de vuelta porque le gusta llevarse a pecho el aire mientras estamos en toma. Cortamos. Esta está buena. Me hubieras avisado que era un plano secuencia, dice Laura asfixiada. Hacemos otra, digo. Ya ni sé por qué hacemos dos. Ah, sí, por los drop. Laura y Fer me lo pidieron el primer día y así lo hemos hecho. O sea, por las dudas que la toma buena esté arruinada o se arruine. Los actores me parecen que no creen eso; la verdad es que de toda toma buena hemos hecho una retoma. No era mi idea, pero está bien.
Terminamos ahí. Queda la mirilla. Axel inventa un dispositivo con cinta aisladora para no marcar el objetivo de la cámara al apoyar un gran angular de distinto diámetro. Lo hacemos. Vamos a toma. El efecto es muy raro y está bien: Alejandra se da el gusto de mirar a cámara por primera vez (la segunda es cuando mira la webcam). Terminamos en esa entrada, entonces vamos que se nos va la luz.
Esquina del boulevard, domingo a la siesta. Todos los malditos autos de Mendoza pasan por allí, quizá sorprendidos de ver varias personas con un telgopor. No está María Cantera, la directora de arte (digo, por si nadie la ha presentado ya). Hacemos una toma y nos damos cuenta que uno de los muñecos de la vidriera mira a cámara. Pensé que era uno de los clientes y no, era un adorno que se vendía. Me meto y lo saco.
Sale, después de cuidar los reflejos, la gente, la gente que mira a la cámara, la gente que mira a la vidriera, los muñecos que miran, los clientes, el equipo… Y el sonido.
Es una tarde rara. Por única vez Antonella debe ausentarse del set para ir a comedia musical. Dejó a Pengui a su cargo y Pengui salió de noche con Pablo, Ramiro, Fernando, Axel, Antonella y Martín. Todos estaban fisurados, pero Pengui estaba durmiendo en la cama de Lula. Uy, debíamos volver a la habitación. En pocas horas empezaba el cumpleaños de Alejandra. Alejandra estaba divina, estaba a punto de terminar también. Violeta había preparado litros y litros de chocolate en barra por el cumpleaños. Tomamos todos, incluyendo Axel que ya estaba con el seño fruncido. Era difícil laburar con alguien disgustado en el equipo, sobre todo porque las condiciones no eran justamente las mejores: el tiempo era demasiado diariamente, la organización dependía de áreas que quedaban truncas por dos o tres personas que escaseaban o faltaban (sabiendo que era un equipo chico), el plan de rodaje se vio modificado por la planificación de puestas (cámara- luces), no se sabía bien qué se iba a hacer y justamente íbamos al revés de sobre rieles. Fue justamente un error mío no saber con qué tiempos se contaban en el equipo, por no haber laburado nunca juntos, pero había que conservar el espíritu, eso bueno que había en lo que hacíamos, la relación entre nosotros, porque sólo de eso dependía la conclusión del largometraje. Una cara larga durante todo el rodaje era difícil de soportar pero exigía el doble de tolerancia para con esa persona.
La última escena del día era compleja. Era la otra cara de la primera escena rodada en esta película: Joaquín está con su madre mientras habla por teléfono con Lula. Estábamos en el punto de vista de Lula. El diálogo cuenta cómo ella comienza a sospechar de cada uno. Es difícil. Hubo que hacer cambios para ir más rápido. Planos que se simplificaban. Lula ya estaba ronca y debía seguir. Luego de esa escena restaba la escena final de la pieza, cuando ella habla con Oliverio, casualmente la última escena que se haría en esa pieza. Y se trataba solo de un plano, pero implicaba una puesta de arte importante. Pero estábamos con la charla con Joaquín, que era extensa y había sueño y cansancio y Lula ya no daba más pero seguía. Y Axel que grita “es lo último que se hace!” cuando yo ya había propuesto cortar, y yo que cansado pienso que todo el mundo prefiere terminar y lo pregunto y me dicen que sí pero con qué fuerzas, y pienso que todavía queda una escena en la pieza, y que no acabamos ese día. Y que ya nos ha consumido demasiado esa habitación. Y que queda el plano donde la cámara gira a 90 grados. Y no podemos hacerlo, Laura prueba y prueba, y no hay herramientas para tal cosa, y Fer intenta, y Axel lo intenta también. Con el soporte, con el monopie, en mano. Con el trípode y el monopié, con el trípodé solo. Listo digo, que sean dos planos, no hay drama. Lo hacemos, terminamos. Ya no importa nada. Nadie habla. Una hora y media antes se habían ido dos de esas piezas fundamentales del rodaje. Dos minas que taparon todos los agujeros de arte (cuando en realidad Pengui había entrado como foto fija y terminó siendo ayudante de dirección). Se iban Barby y Pengarchín. Cuando entraron a saludar, nadie tenía onda dentro del set y sólo se las besó y sonrió a pesar que se sabía cómo se iba a resentir el espíritu del rodaje sin ellas y sin sus imprescindibles colaboraciones. Axel dijo “que no se corte” y después de eso se cayó nuevamente la bola china.

DÍA/20 por Alejandra Yañez

PELUQUERÍA, LAVERRAP, ULTIMA ESCENA DE PIEZA LULA…

No puedo distinguir si es de día o de noche. Solo sé que pasa el tiempo y sigo en el mismo lugar. Veo espejos. Hay ruido de aparatos eléctricos. Distingo algunas voces que me parecen conocidas, Lourdes, Noe, Diego. Todo es algo extraño. Hay un hombre parado detrás de una silla. Una mujer sentada en un sillón con algo en su cabeza… y ese ruido que se repite una y otra vez. Comienzo a escuchar otros sonidos, otras voces que se mezclan con las que ya conozco. Silencio. ¿Por qué estoy sentada en una silla? Me descubro en un espejo, también a Lourdes. ¿Dónde estamos? Hay gente que entra y sale del lugar, pero todo se hace en mucho silencio. No se cuanto tiempo hace que estamos acá. Lourdes sigue ahí, y también el hombre. Me peina. Reconozco a alguien parado a un costado, es una mujer, creo que es Susana. La retan y le piden que salga de allí. Alguien me pasa un mate. Por la ventana se ve que casi es de noche. Ruido. Hace frío. Hay olor a flores. Miro y veo caras que no conozco. Tengo miedo. No se por qué tengo esa sensación de soledad. Escuchoalguna voz conocida, ya no está Lula pero si sé que están Noe, Diego, Laura, Fernando, Pablo, Axel, Rober… Creo que el resto de la gente está en otro lugar. Miro por la ventana y veo luces, autos, algunos negocios por la vereda de enfrente. Ruido metálico. ¿Estoy sola? Tengo un teléfono en el bolsillo que por alguna razón alguien del otro lado no contesta. Tengo ganas de dormir. Es mi cumpleaños y me doy cuenta de que estuve todo el día de aquí para allá. Estoy cansada y tengo hambre. Noe chocó el auto pero igual llegamos a la casa. Rami juega al truco con Anto y Martín. Lourdes tiene un vestido amarillo y habla por teléfono, sola en su habitación. Terminó el día, me voy a dormir. Cierro los ojos y pasan las imágenes de todo lo que hicimos el día de hoy. Tengo sueño…. Veo un río, y lo escucho. Respiro profundo… Ah! Noe feliz cumple! Hasta mañana….
Ale

DÍA/25 por Pablo Maffey

Para este texto se utilizó tipografía Microsoft Sans Serif, en cuerpo 11 con interlineado 1.0 y justificado a la izquierda.

ÚLTIMO DÍA DE RODAJE
Que empezó en la Universidad de Mendoza, a la mañana. Se ambientó, iluminó y colocó el sonido en el lugar donde pasaríamos la escena en la que Gabriel y Lula se encuentran y tienen una incómoda charla en la que él se entera que su ex novia se casaría con un contador, un nefasto y adinerado contador. De ahí marchamos a una ecléctica casona que sirvió de escenario y soporte técnico para rodar varias escenas, como la de la rotisería, con una dudosa escenografía. Sabemos que es difícil simular el aspecto del acero inoxidable (con sus 18 % de Cobre y 8 % de Níquel) y cuya apariencia dista mucho del papel de aluminio para cocina, pero también creemos en la magia del cine, así que dejaremos las preocupaciones para otro momento más adecuado. En un momento de la tarde se grabó un exterior, donde nos trasladamos con parte del equipo hacia una casa, para utilizar su fachada y la luz del día combinada con un pampa, que ya dijimos no son sólo aviones de guerra, para pasar una escena en la que vemos a Gabi dejando un sobre debajo de la puerta, el espectador se dará cuenta más tarde que aquél sobre es una tarjeta de felicidades para el casamiento de su amada ex novia con ese fétido y laxo contador, lo que pone de manifiesto la nobleza y sensatez de este querido y entrañable personaje. A continuación regresamos a la casona y pusimos en escena un living, donde transcurre la escena de la “charla entre Gabriel-Marcela, Juana-Marcela, Joaquín-Marcela”, esta escena también es conocida como la verein für deutsche schäferhunde. Con esta escena terminaba, casi de manera total, mi participación en el largometraje. La cafeína se había apoderado entonces de mi cerebro y de mi voluntad, no obstante ello, pude percibir con los sentidos que me quedaban (el oído y el sexto) que se rodaba una escena en unas escaleras de la casa, en las que Lula era, una vez más, la protagonista. Terminó eso y terminó prácticamente todo el rodaje, sólo quedaron un par de planos que se harían al otro día en el Nihüil y que como me ha tocado hablar del último día lo menciono, y que si bien no estuve allí, escuche algo de cuando la programaban, discutían si le pondrían un polar* a la cámara… si le pondrían bolsa, por el excesivo viento que hay en el Nihüil (…).

* ¿Se trata del polar que uno conoce, ya como campera o cuello?

Bueno, pido disulpas por mi falta de precisión en cuanto al número y nombre de las escenas, pero mi libreto y yo estamos separados por varios kilómetros, nos hemos dado un tiempo para ver que le pasa a cada uno.
Todo lo que pude observar en esos dos días me ha parecido suficiente para creer que tanto esfuerzo y suspiros valieron la pena, que cada uno sabe donde está parado, que todo funcionó como un complejo sistema de engranajes en el que ninguno falló y que también existen en el mundo personas que hacen lo que realmente quiere hacer, por ejemplo cine.

Sepan disculpar también mi torpeza estilística en este intento de bitácora, en la que no puedo dejar de poner, por supuesto, su dedicatoria:

Para vos, que sos un tipo serio.
Y para vos, que tenés toda la onda!
Gabi